Ubicado en el sitio donde nació Sor Juana Inés de la Cruz en 1651, era una casa de labranza rentada por su abuelo Pedro Ramírez de Santillana a los padres dominicos en Nepantla. Para el siglo XIX, los restos de la construcción eran unos cuantos muros; en la década de los cuarenta del siglo XX, las ruinas consistían en un muro y algunas piedras. Ante tal situación, el Gobierno del Estado de México mandó construir un espacio con techo de vidrio sobre las ruinas. En la década de los cincuenta se colocó frente a los restos de la casa un busto de bronce del escultor Joaquín Arias con la imagen de la monja.
Entre los años 1969 y 1975 continuaron las labores de preservación de la casa. Al mismo tiempo, el sorjuanista Justo Sierra apoyó las obras, mandando colocar una cantera rosa con la frase: En este sitio se encontraba la casa en que nació el 12 de noviembre de 1651 la Décima Musa Sor Juana Inés de la Cruz. También se construyó un teatro al aire libre, una biblioteca y una cafetería. En el exterior de la casa, en una de las esquinas, se colocó otra escultura de cuerpo completo obra de Luis Rosso. En el interior se incrustaron azulejos de talavera con los mejores versos de Sor Juana y una reproducción de su retrato, obra de Miguel Cabrera. De 1975 a 1981 inició la delimitación geográfica del predio con bardas y rejas. En ese tiempo se colocaron tres esculturas: Sor Juana de niña, Sor Juana de adolescente y Sor Juana de adulta, obras de Gastón González. En 1994, el gobierno del Estado de México, en coordinación con el Instituto Mexiquense de Cultura, reconstruyó el recinto; la obra estuvo a cargo del arquitecto Abraham Zabludovsky. El 17 de abril de 1995 fue inaugurado como Centro Cultural Sor Juana Inés de la Cruz.